Jornada 16. Sábado, 22 de marzo de 2014                                                                La vida de color de rosa                          Ya nos tocaba ganar, por juego, por méritos y  por tesón. Llevaban los de la ANEJA ya varias  jornadas demostrando su positiva evolución,  realizando unos buenos partidos y, en algunos  casos, hasta rondando la victoria, y, por fin, este  sábado llegó el triunfo. Aunque, curiosamente, la  alegría vino en el día en que se jugó un poquito  peor, más relajados en defensa, más fallones en  ataque y más irregulares en general.  Probablemente se debió a que el rival era más  débil y los nervios, al verse la victoria más  factible que nunca, afloraron algo más que de  costumbre. El caso es que se ganó a MARISTAS  “B” por 31-34 y por fin recibimos la copia rosa del acta, por lo que nos fuimos a  casa más contentos que unas castañuelas y viendo la vida de color de rosa.  Por lo visto en el campo y, a pesar de haber perdido sólo uno de los sextos de  juego (7-8, 11-3, 3-6, 4-4, 1-6, 5-7), podría haber pasado cualquier cosa, ya que el  partido estuvo abierto hasta el final y hubo alternativas en el marcador (de hecho,  en el descanso, ganaba MARISTAS por 20-17). La clave estuvo en que, al igual que  en el partido anterior, se hizo un sexto rematadamente mal, pero estos no tuvieron  la fortuna de sus compañeros mayores el sábado pasado, que con nuestra  empanada de siete minutos compensaron con creces su inferioridad en los otros  treinta y seis. Este sábado, nuestras armas fueron: una Lily que volvió a ser la máxima  anotadora, reboteadora y taponadora del partido; una Ángela también bastante  inspirada (sus 4 puntos en el cuarto sexto fueron decisivos para mantenernos en el  partido); una Natalia cada vez más segura de sí misma bajo la canasta -ya sea  propia o contraria-; y una buena defensa por parte de Pablo, Mario, Julia, Damián,..  Además, no faltaron las ya clásicas canastas fijas de Natalia, Darío -en este caso,  dos- y Lucía Meléndez. Por otra parte, diferentes circunstanias hicieron que nos  presentáramos en el partido con sólo nueve jugadores -los justos- y este hecho  condicionó, sin duda, el devenir del partido.   El partido tuvo más emoción que buen juego, ya que hasta el último sexto no se  decidió el resultado final, aunque otro gallo nos hubiese cantado si hubiésemos  estado más acertados en el tiro. Ante una de las perores defensas que hemos visto  en el campeonato, necesitamos muchísimos tiros para conseguir nuestra media de  treinta y tantos puntos; y es que abusamos demasiado del tiro a media distancia,  en vez de asegurar con entradas, pases interiores y tiros a tablero; un simple  vistazo a los tanteos parciales de cada sexto y se puede comprender que hubo una  manifiesta sequía anotadora. Otra de las claves del partido estuvo en el nefasto  arbitraje. Las colegiadas cortaron el juego en exceso y se dedicaron a pitar  nimiedades, mientras obviaron algunas de las infracciones más graves. Pero lo  peor de todo es que se mostraron abiertamente parciales. Basta con analizar el  cómputo de faltas, para comprender que no se midió a los dos equipos con el  mismo rasero: 16 para la ANEJA y 6 para MARISTAS. Esta diferencia de trato no  tiene ninguna justificación y quedó todavía más en evidencia cuando, a falta de  unos segundos para concluir el partido, nos pitaron la primera y única falta  intencionada que este humilde comentarista ha visto en un partido de mini en los  30 años que lleva asistiendo a estos eventos deportivos. ¡Una pasada! (Añadimos  esta decisión a la otra del año pasado de empezar el partido con una técnica -tiro y  posesión-, por no estar el entrenador con la suficiente antelación al comienzo del  partido; con ellas haremos algún día una amena “Antología del disparate. I parte”).   Lo que no quita para que desde aquí demos un toque de atención a nuestro  buen jugador Pablo, que lleva dos partidos abandonando la cancha de juego por  cinco faltas (bien es verdad que una de ellas fue precedida por un manotazo de un  contrario a la que enfilaba la canasta para hacer la entrada, que fue lo  suficientemente sonoro para que lo oyeran hasta en el Frontón Segovia, pero no las  susodichas colegiadas; y también hay que considerar que Pablo es uno de nuestros  jugadores a los que más faltas suelen hacer, pero..., de cualquier manera, hay que  aprender a controlarse).  En el capítulo de anotadores: Lily (14), Ángela (6), Darío (4), Mario (3), Pablo (3),  Natalia (2), Lucía Meléndez (2). Intentaron intimidarnos haciendo los tiempos muertos casi a mitad de pista;  después fuimos comiéndoles el terreno poco a poco, hasta que terminamos  haciéndo nuestros tiempos muertos prácticamente debajo de su canasta.  Volvimos a captar a Pablo haciendo el angelito (o sea, volando) en los tiros libres  y a Aitor en labores auxiliares (con los de otro equipo).