Una
de
las
novedades
y
noticias
más
agradables
de
este
curso
ha
sido
la
recuperación
de
actividades
por
parte
del
grupo
de
senderismo
que
llamamos
MONTANEJA.
Después
de
atravesar
un
periodo
de
impasse
por
escasa
disponibilidad
de
las
personas
que
se
dedican
directamente
a
organizarlo,
en
el
mes
de
marzo
otros
padres
asumían
la
coordinación
de
acciones
y
se
retomaban
los extraordinarios paseos por el campo.
El
primer
paseo
del
curso
se
realizó
a
Peñarrubias,
a
la
Cueva
de
la
Vaquera,
un
enclave
lleno
de
historia,
de
un
alto
valor
natural
y
una
gran
belleza
paisajística,
que
está
situado
a
las
orillas
del
río
Pirón.
Peñarrubias
de
Pirón
es
una
pequeña
pedanía
situada
en
el
centro
de
la
provincia
segoviana
y
perteneciente al municipio de Escobar de Polendos.
Su
espacio
natural,
de
atractivo
excepcional,
está
lleno
de
encinas
y
sabinas
que
contrastan
con
cortados
de
roca
caliza,
todo
ello
acompañado
por
un
hermoso
bosque
de
ribera,
combinado
de
chopos
y
fresnos.
Por
la
senda
que
discurre
paralela
al
río
Pirón,
dominios
en
el
siglo
XVIII
de
los
Marqueses
de
Covatillas,
nos
encontramos
con
una
serie
de
vestigios
de
los
que
fue
una
gran
explotación
agrícola,
como
el
Molino
de
Covatillas,
que
estuvo
activo
hasta
bien
entrado
el
siglo
XIX.
Siguiendo
la
senda
paralela
al
río,
a
unos
500
metros,
llegamos
al
Puente
de
Covatillas,
del
Siglo
XVI,
que
forma
parte
del
Camino
Real
que
une
Segovia
con
Turégano.
Después
nos
encontramos
con
la
asombrosa
Fuente
de
Covatillas,
en
la
que
el
agua
de
la
cisterna
se
desborda
por
los
caños
de
piedra,
esculpidos
con
forma
de
cabeza
de
león.
Entre
los
caños,
también
esculpido
en
piedra,
podemos
adivinar
el
escudo
de
los
omnipresentes
Marqueses
de
Covatillas.
De
la
roca
emanan
unos
100
litros
por
segundo,
de
tal
manera
que
la
cisterna
permanece
siempre
con
agua,
lo
que
permite
al
rio
Pirón
tener
caudal
todo
el
año,
aun
en
tiempos
de
sequía.
Saliendo
del
bosque
de
ribera,
pronto
nos
encontramos
con
las
ruinas
del
Caserío
de
Covatillas,
para
adentrarnos
poco
después
en
los
impresionantes
cañones
que
el
río
Pirón
y
su
afluente
el
río
Viejo
han
excavado
a
lo
largo
de
los
siglos
en
la
roca
caliza.
Después
de
pasar
por
la
ermita
de
Santiaguito,
horadada
en
la
roca
en
el
siglo
XVIII,
llegamos
a
la
Cueva
de
la
Vaquera,
formada
por
un
proceso
kárstico
y
que
cuenta
con
tres
galerías
de
un
kilómetro
de
extensión,
que
fueran
habitadas
desde finales del Neolítico.