Nos
dirigimos
a
Montemayor
de
Pililla
(Valladolid),
a
disfrutar
del
Campeonato
de
Castilla
y
León
de
Orientación
(en
lo
que
suelen
ser
unos
circuitos
extraordinarios
con
una
no
menos
destacable
organización,
o
sea,
todo
una
contecimiento
deportivo
de
primer
nivel),
con
el
buen
recuerdo
del
curso
pasado,
en
el
que
nos
vinimos
nada
más
y
nada
menos
que
con
el
subcampeonato
regional
de la categoría infantil masculina.
En
este
caso,
no
podíamos
aspirar
a
revalidarlo,
ya
que
quedamos
segundos
en
la
final
de
Segovia
en
ambas
categorías
y
sólo
acudíamos
como
invitados,
con
tres
infantiles
masculinos
(dos
de
los
cuales
fueron
componentes
del
equipo
infantil
del
curso
pasado,
ahora
en
el
IES
“Mariano
Quintanilla”
-no
pudimos
llevar
a
Millán,
el
mejor
clasificado
de
los
nuestros
en
la
final
de
Segovia,
ya
que
necesitaba
ser
al
menos
alevín
de
segundo
año
y
era
todavía
benjamín-)
y
cuatro
infantiles femeninas (en realidad alevines de la clase de 6º de Primaria).
La
jornada
fue
muy
agradable,
con
una
crimatología
excelente,
una
estupenda
organización
y
una
sana
competición,
con
los
mejores
escolares
de
este
deporte
de Castilla y León.
En
cuanto
a
los
resultados,
tenemos
siempre
que
decr
lo
mismo.
La
filosofía
de
nuestro
programa
deportivo
es
que
nuestros
alumnos
se
lo
pasen
bien
y
eso
está
asegurado,
en
un
campeonato
de
estas
características,
con
la
sola
presencia.
Después,
la
segunda
premisa
del
programa
es
que,
si
de
paso,
se
consigue
algo
más,
mejor
que
mejor.
Y
lo
raro
es
que
se
consiga,
ya
que
estamos
hablando
de
competidores
muy
preparados,
que
llegan
al
Campeonato
Regional
después
de
participar
en
completas
ligas
escolares
y
federadas,
mientras
que
los
nuestros
van
a
todos
los
deportes
con
la
preparación
básica
para
defenderse
y
,en
este
deporte,
una
única
jornada
de
preparación
previa,
que
encima
no
es
ni
siquiera
competitiva.
Además,
solemos
ir
con
alumnos
del
colegio,
alevines
(aprovechando
la
excepción
que
hace
la
Junta
en
la
normativa),
como
en
el
caso
de
las
infantiles
femeninas,
que
tenían
dos
años
menos
que
la
mayoría
de
las
competidoras
de
otros
cemntros,
que
eran
en
su
gran
mayoría
de
Secundaria,
claro.
Pero
bueno,
el
año
pasado
el
equipo
de
infantiles
que
quedó
subcampeón
estaba
compuesto
por
dos
alevines
y
dos
infantiles
de
primer
año,
lo
que
quiere
decir
que
cuando
el
corredor
escolar
tiene
calidad,
se
puede
aspirar
a
todo,
aunque,
por
supuesto,
la
preparación
siempre aporte un plus.
En
definitiva,
Íker
Gómez
,
el
mejor
de
los
nuestros,
quedó
el
20
(fue
capaz
de
acabar
las
dos
pruebas),
Darío
González
quedó
21
(tuvo
la
mala
suerte
de
despistarse
por
la
mañana,
pero
acabó
quinto
en
la
prueba
de
la
tarde)
y
Enrique
Murcia
quedó
el
28
(en
un
fallo
que
consideramos
de
organización
cogió
por
la
mañana
un
mapa
de
la
prueba
femenina
en
vez
de
la
masculina
y
le
invalidaron
la
carrera).
En
la
prueba
femenina,
Mónica
Díaz
fue
la
mejor
clasificada,
en
el
25º
lugar
(fue
capaz
de
terminar
las
dos
pruebas
siendo
alevín),
Yadhira
Malvaceda
quedó
32
(y
fue
la
otra
alevín
que
también
hizo
las
dos
pruebas
completas),
Elena
García
quedó
la 35
y
Clara Herrero la 37
, y ambas sólo pudieron terminar la prueba de la tarde.
¡FELICES!
Esta
es
la
clave
ANEJA.
Vayan
donde
vayan,
a
la
hora
que
sea,
con
toda
una
jornada por delante de doble carrera de mañana y tarde, … ellas siempre contentas.
Y ellos también…
Enrique Murcia García
Iker Gómez Lucía
Clara Herrero García
Mónica Díaz Marazuela
Con la camiseta que les obsequiaba la Junta por su participación
Yadhira Malvaceda Salinas y Elena García de Frutos